Loberas: trampas para lobos
El lobo es posiblemente la especie más perseguida por el hombre desde el Neolítico, cuando se hace agricultor y ganadero. Por ello, en los lugares en donde su presencia ha sido más intensa, ha quedado un importante legado cultural vinculado a la especie en forma de cuentos y leyendas, razas de perros, tradiciones y arquitectura rural. Entre esta última destacan las loberas, las trampas para capturarlo.
Muchas de estas trampas continuaron utilizándose hasta mediados del S XX, cuando se popularizaron otros métodos más efectivos para matar lobos, como el veneno y las armas de fuego.

Foso de la lobera de Monte Santiago (Burgos)
Trampas pasivas
Algunas trampas para lobos son de tipo pasivo, porque en su interior se coloca un cebo, generalmente un cabrito, y se espera a que acuda el lobo atraído por el cebo. El lobo no dudará en introducirse en la trampa de donde no podrá salir. Es entonces cuando se le daba muerte.
Todavía se conservan algunas de estas trampas, denominadas cortellos o curros dos lobos.
Por ejemplo, en el entorno del Parque Natural del Lago de Sanabria y de la Sierra de la Culebra se encuentra el cortello de Lubian, situado en la parte alta del pueblo del mismo nombre, a la altura del Km 106 de la autovía de la Rías Bajas.
Consiste en un recinto circular de piedra de unos tres metros de altura, en cuyo borde superior hay grandes losas de piedra que vuelan hacia el interior del recinto, a modo de alero. El cortello se encuentra a media ladera, de manera que la parte superior del muro se encuentra a ras del suelo.
Por rigurosos orden, los vecinos del pueblo se turnaban para meter un cabrito en el cortello. El lobo, atraído por la presa, saltaba al interior del recinto por la zona en donde el muro se encuentra a ras de suelo. Una vez dentro no podría salir, la altura del muro y el alero de losas se lo impedían. Enterados los vecinos acudían para matar el lobo, cuya piel luego exhibían en los pueblos de la zona para recabar algún dinero.

Interior de la lobera de Lubian (Zamora)
Algunos autores estiman que el cortello de Lubian ha estado funcionando durante más de 400 años y ha capturado centenares de lobos. Hay cortellos similares en Barjacoba, cerca de Porto, también en Sanabría y en la sierra de Ancares.
Trampas activas
Otro tipo de trampas precisaban la participación activa de los vecinos. Generalmente se trata de dos vallas, de madera o piedra, que discurrían por el monte formando un embudo que convergía en un profundo foso.
Periódicamente los vecinos batían el monte, formando una línea que avanzaba hacia la parte más ancha del embudo. Los lobos, al escuchar el estruendo de los batidores, huían en dirección contraria y entraban en el embudo, por donde iban corriendo hacia la parte más estrecha.

Vista de Google Maps de la Lobera de Cabo Vilan (La Coruña). Se puede ver la V en cuyo vértice se encuentra el pozo.
Al final del embudo se encontraban con el foso que intentaban superar de un salto, pero terminaban cayendo al interior en donde eran rematados. Estas trampas, muy extendidas en el norte de la Península, reciben el nombre de loberas, foxos, chorcos o callejos.
En los parque que tenemos en Qnatur hay tres de estas loberas muy bien conservadas:
- La lobera del Monumento Natural de Monte Santiago, en el norte de Burgos
- El Chorco de los lobos en Caín, en Picos de Europa
- La lobera de Camariñas, en la Costa da Morte

El Chorco de los Lobos de Caín de Valdeón (Picos de Europa). Se observa la empalizada de madera en forma de embudo que culmina en un pozo
A pesar de ser una especie muy castigada, España es uno de los países en donde el lobo todavía ocupa extensos territorios. ¿Te gustaría saber más sobre el lobo?, ¿quieres ver lobos en libertad? En Qnatur puedes encontrar empresas especializadas tanto el la Sierra de la Culebra, en donde se encuentra la mayor densidad de lobos de Europa, como en el Parque Natural del Lago de Sanabria.