Hayedo de Tejera Negra, Monasterio de Bonoval y el Románico rural en la Sierra de Guadalajara Norte
Hayedo de Tejera Negra
En el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, está el hayedo de Tejera Negra cuyo principal interés es su masa forestal de hayas, con una extensión cercana a las 400 hectáreas.
Este hayedo ha sobrevivido, gracias a situarse en los lugares inaccesibles, que impidieron que fuera utilizado para la obtención de leña y carbón vegetal, así como ser utilizado para la creación de pastos para el ganado.
Robles y el pino silvestre también forman masas boscosas que junto al haya en otoño pintan un paisaje de enorme diversidad cromática.
Ganando altitud, estas masas forestales dan paso a brezos, arándanos, enebros rastreros y gayuba.
Cabe destacar la importante variedad de hongos que crecen en la zona, con especial mención al boleto.
Para visitar el hayedo es preciso obtener permiso de la Junta de Castilla La Mancha. Para más información escribir a pnsierranortegu@jccm.es.
Monasterio Cisterciense de Bonoval
El monasterio cisterciense de Bonaval explica una parte importante de la historia de estas tierras. El valle, fue entregado en 1164 a un grupo de monjes cistercienses para que lo habitasen y repoblaran la zona, sirviendo como barrera ante una posible invasión musulmana. La extensión de las tierras monasteriales era, ya desde sus comienzos, bastante grande. Con el tiempo fue creciendo más gracias a las herencias de particulares e incluso por parte de la realeza.
Con la desamortización de Mendizábal, el monasterio de Bonaval, como otros muchos, acabo su história. Los monjes se retiraron a su casa madre, en Toledo, y el edificio fue vendido a particulares, que no se preocuparon de su conservación, viniendo a la ruina en la que se encuentra hoy. Su archivo se dispersó en su mayoría; sus libros, sus joyas, sus pertenencias más diversas cayeron en manos de anticuarios y oportunistas, y solamente algunas piezas artísticas pasaron a la parroquia de Retiendas, donde hoy se veneran.
Románico Rural
En el Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara existen muestras arquitectónicas muy notables del románico rural, entre los que destaca la ermita de Santa Coloma de Albendiego.
El románico rural de Guadalajara se caracteriza por desarrollarse sobre todo en pequeñas poblaciones y por la modestia en sus construcciones, la robustez de sus estructuras y la sencillez de su decoración. Generalmente fue usada la piedra caliza de las canteras cercanas labrada en sillar y en mampostería. La escasa decoración que algunas de ellas pueden mostrar se debe fundamentalmente a la influencia mudéjar, aunque en algunos casos existen variaciones y reformas posteriores, con lo que pueden entremezclarse otros estilos con el austero románico.